¿Leen horóscopos los mormones?

1:12 a.m.


Por Mormón Rhodakanaty

Hace unos años recibí una información curiosa de un amigo SUD que impulsaba una campaña antihoróscopos. Era un texto en el que lamenta que muchos de nosotros sigamos creyendo ingenuamente en las famosas predicciones populares, lo cual está bien en principio. El detalle era la manera en que condenaba la actividad de la astrología como si se tratase de una costumbre categóricamente diabólica.

Como miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días debemos sentirnos lo suficientemente seguros al ser guiados por la divinidad como para no tener que recurrir a ese tipo de lecturas, es cierto. Pero también es cierto que nunca se justificó al pueblo del Señor por su arrogancia ante las costumbres ajenas. Al contrario, Juan el Bautista mismo, condenó la actitud de los judíos diciendo que Dios puede levantar progenie para sí hasta de las mismísimas piedras.

Abraham era un hombre muy ilustrado en Astrología. Alguien podrá alzar su mano y argüir que Abraham recibía la guía directamente de Dios, pero el sistema de conocimientos y el lenguaje que utilizó para explicarlo fue el egipcio, el pagano e idólatra idioma de los egipcios, mismo que José Smith tuvo la bendición de interpretar.

Otro dato curioso: en el meridiano de los tiempos, unos reyes de oriente, venían siguiendo una estrella hasta la ciudad de Belén: era una señal astrológica que les había indicado el nacimiento de un noble. Ese noble no era otro que Jesús, el Cristo. En ningún momento los magos mencionaron a un “Redentor del mundo”, sólo sabían que era un Rey, y por cierto el Rey de los Judíos. Eran tal vez sacerdotes de religiones paganas de pueblos muy apartados en el místico oriente que aún conservaban destellos de la luz del evangelio y tal vez de la revelación, como ocurrió con los lamanitas del tiempo de la conquista (sugiero el libro de Miguel Leon Portilla, Visión de los Vencidos).

El élder Richard G. Scott ha dicho que en todas las culturas y religiones del mundo de todos los tiempos hay destellos del evangelio. Yo no sé ustedes, pero yo no me atrevería a decir que era lamentable que un profeta de la talla de Abraham incurriera en tan diabólicas y paganas costumbres “heréticas” de la observación de la bóveda celeste, o que la estrella de Belén que anunció a los magos el nacimiento de Cristo fue un fenómeno de naturaleza satánica.


Con todo y eso, el Señor condena la magia adivinatoria y las prácticas de ese tipo. Te voy a decir lo que yo sé. Los horóscopos como se ven hoy, ni son estudios astrológicos ni son adivinatorios. Simplemente lanzan consignas que pueden encajar en cualquier estilo y plan de acción: “Conocerás a alguien importante” se cumplirá igual si te encuentras a un cómico famoso en un restorán que si tu hija te presenta a su novio que si tropiezas con una chica que te gusta que si vas al psicólogo y sales con más poder sobre ti mismo.
“Se aproxima un viaje” es tan vago que puede significar un delirio por drogas o una visita virtual al museo de L’Ouvre por internet o una llamada urgente que te obliga ir a Tangamandapio para ver morir a tu tía Edubiges.
Todos son así.

Conclusión: aquellas cosas que no dañan pero son completamente prescindibles, son una distracción. Yo mejor paso.

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